Hábitos son las cosas que hacemos diariamente, muchas veces sin pensar. Si son malos pueden provocar resultados negativos. Ser ave nocturna, amante de la comida rápida o venerar al sol son hábitos que pueden afectar de mala manera a tu sistema visual. Además, hay otros. Veamos.
No Visitar Regularmente a Tu Optometrista
Las revisiones regulares pueden detectar problemas de visión, enfermedades y otros problemas de salud general antes incluso de que seas consciente de que existen. Las revisiones rutinarias son especialmente importantes porque ciertas enfermedades que afectan a tus ojos como el glaucoma (también conocida como la ceguera silenciosa), a menudo no muestran señales hasta que es irreversible. Si nos informas de antecedentes en tu familia podemos detectar si padeces riesgo de contraer la enfermedad. Si no has hecho todavía, comienza a programar revisiones regulares para ti y tu familia. Os ayudará a sumar años de salud visual a vuestras vidas.
Frotarte los Ojos
La zona alrededor de los ojos es la primera en mostrar signos de envejecimiento. Frotarte los ojos puede romper pequeños vasos sanguíneos bajo la piel y causar manchas y bolsas bajo tus ojos, así como patas de gallo prematuras o párpados caídos. Las inyecciones de bótox y la cirugía cosmética pueden aportar signos de rejuvenecimiento pero la prevención es, sin duda, mejor. Así que evita frotar tus ojos con demasiada intensidad.
Olvidar tus Gafas de Sol
La exposición continua a los rayos UV provoca un envejecimiento prematuro de tu sistema visual y daños irreversibles en tus párpados. La continua exposición al sol provoca: quemaduras en la piel alrededor de los ojos (fotokeatitis*), cataratas, degeneración macular, pinguécula*, terigión* o incluso cáncer en los párpados. Trata de llevar gafas de sol que bloqueen el 100% de los rayos UV siempre que estés en el exterior, incluso en días nublados.
Fumar
Fumar daña cada órgano de tu cuerpo, incluidos los ojos. Investigaciones recientes han vinculado enfermedades de los ojos con el tabaco como cataratas, degeneración macular, uveitis, síndrome del ojo seco* y retinopatía diabética. De hecho, los fumadores tienen 4 veces más probabilidades de quedarse ciegos que los no-fumadores. La buena noticia es que dejar de fumar, a cualquier edad, reduce el riesgo de contraer una de estas enfermedades así como muchas otras.
Comer Pobremente
¿Engulles demasiada comida basura y pocas frutas y hortalizas? Entonces, es probable que no te estén llegando suficientes vitaminas, minerales y grasas saludables que optimicen la salud de tus ojos. Una dieta rica de verde, frutas de colores intensos y pescado salvaje como el salmón, puede prevenir muchas de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento prematuro de tu sistema visual. Compuestos vitamínicos y otros suplementos para tu vista pueden compensar carencias pero comer sano, hacer ejercicio regular y controlar el ancho de tu cintura son técnicas mucho más efectivas para mantener tus ojos en forma.
No Dormir Adecuadamente
Dormir embellece. En cambio, no dormir suficiente puede acelerar el proceso de envejecimiento y, probablemente, tus ojos serán los primeros en notarlo. Además de tener los ojos rojos, la falta de sueño causa las temibles ojeras, sequedad de ojos y visión borrosa.
No Beber Suficiente Agua
Si no bebes los ocho vasos diarios de agua recomendados y tu dieta es alta en sodio, posiblemente tu cuerpo esté falto de hidratación. Este proceso también afecta a la cantidad de lágrima que generan tus ojos, dejándolos resecos. Los síntomas más visibles de esta falta de líquido pueden notarse por la sequedad, rojez o tener párpados hinchados.